“El trueque”

Atestiguan antiguos sabios que escribir sana las heridas
Resumiendo los adagios,
Erigiendo pilares donde moran los alados
No he encontrado en rimas
De mis antepasados
Soluciones a caídas
De amores destrozados.

Fulminando desde el vientre hasta la percepción,
Sin lugar a dudas, no encuentro las respuestas en la imaginación,
Ni como en micar fortunas y darlas como muestras en tu lecho.
Ganas de llorar exhuman de mi pecho,
Exhalan las ventanas de mi alma gotas carmesí,
Consumidas por el sentir que abriga mi aliento,
Sentimiento productor de vida,
Aniquilador de falsas ilusiones
Pulveriza todo lo que vivo viendo, lo desecha,
El poder, el dinero y el saber
Se amedrentan cuado atraviesas mi brecha,
Llega el ocaso de las quimeras que mi mente alberga,

Este momento eres tú, todo lo que siento,
Llego el amor, es lo supremo.
Yo que escribo de saberes y futuras utopías,
Quedo desmembrado por las blancas orgías
Que iluminan tú tez dándole nitidez,
Que anuncian detrás de la puerta,
Una silueta bella, desnuda y perfecta.

Bendito el que ideo en aquellos días el trueque,
Con su permiso, hago este:
Canjeo mis filosofías por tus pupilas,
Intercambio los diarios de viejos sabios por tus labios,
Dejo de buscar lo que no encuentro por tu cuerpo,
Y todo el saber de esta época, las pasadas y venideras
No me importan cuando miro tus caderas.

Sin embargo, cambio lo antes mencionado
Por un instante eterno, a tu lado.